Epson: ¿obsolescencia programada?

Si hay un concepto que tiende a despertar una ira particular entre los usuarios de todo tipo de bienes, pero especialmente los de electrónica de consumo, sin duda es obsolescencia programada, es decir que el diseño de un producto define, artificialmente y por intereses comerciales, la vida de un dispositivo, obviamente para acortarla. De esta forma, el fabricante buscaría una tasa de renovación superior a la que debería proporcionar el ciclo de vida natural de dichos dispositivos.

En este punto, es importante, sí, hacer algunos comentarios, que son lo suficientemente importantes como para tener el contexto adecuado. la primera es que Existen múltiples técnicas que se pueden utilizar para "naturalizar" la obsolescencia programada. El caso más sonado de los últimos años está, sin duda, en los iPhone 6 y iPhone 6S, y como su rendimiento, en consecuencia, se reducía notablemente tras una actualización. El escándalo saltó en 2018, pero a día de hoy sigue latiendo.

Otro aspecto que conviene aclarar es que la limitación del ciclo de vida no siempre significa obsolescencia programada, en algunos casos se basa en información sobre ciclos de vida y, en qué parte de ellos, los productos dejan de ser seguros/confiables. En el mundo de la tecnología, el ejemplo más claro lo encontramos en los medios de almacenamiento, en los que el volumen máximo de escrituras lo determina el valor de TBW (Terabytes Write), ya que se ha identificado que 'Después de eso, la memoria de las celdas se degrada y se vuelve poco fiable. Una vez superado este umbral, la lectura de datos seguirá siendo ilimitada, pero no podremos realizar más operaciones de escritura, para garantizar la durabilidad de los datos.

Un ejemplo bastante claro, fuera del mundo de la electrónica, de este tipo de limitación se encuentra en los neumáticos de los automóviles. ¿Podemos seguir usándolos después de que haya pasado su fecha de caducidad o la profundidad de su diseño no alcance el mínimo requerido? Legalmente no, pero sí podemos. Ahora bien, ¿a qué costo? Comprometer nuestra seguridad (y la de cualquiera que se cruce en nuestro camino).

Hechos estos matices, volvamos a la noticia del momento, y es que por lo que leemos en Gizmodo, Epson podría haber incurrido en obsolescencia programada con alguna de sus impresoras. Por el momento Se cotizan modelos Epson L130, L220, L310, L360 y L365pero no se descarta que haya más dispositivos afectados por este problema, ligado a un contador que, cuando alcanza un determinado valor, la impresora indica que ha llegado al final de su vida útil (aunque ha funcionado perfectamente hasta el momento). ), lo que obliga al usuario a llevarlo al servicio técnico o, por supuesto, a adquirir uno nuevo.

Epson: ¿obsolescencia programada?

¿Y cuál es el problema? Bueno, parece que unos buffers que estan dentro de la impresora y que se encargan de absorber el exceso de tinta durante la impresión. Con el tiempo estas almohadillas pueden desgastarse y como consecuencia, al no retener el exceso de tinta, puede terminar en cualquier otro lugar, desde un documento que estemos imprimiendo hasta un componente interno de la impresora, que puede dañarlo de forma permanente.

Lo que realmente llama la atención en este caso es que estamos hablando, como decía, de un contador, no algún tipo de sensor que determina el estado actual de las almohadillas, lo que habría provocado que algunos usuarios vieran bloqueadas sus impresoras aunque el estado general de la máquina sigue siendo bueno. Más llamativo aún, Epson ha lanzado una aplicación (sólo para Windows, eso sí) que permite poner a cero el contador… pero sólo una vez. ¿Y por qué permite que se reinicie? La lectura más inmediata es que la empresa es consciente de la inexactitud de su sistema de conteo.

Así, se puede pensar que Epson manejó mal el cálculo de la vida útil de los sellos o, por supuesto, podemos pensar peor. Pero optemos por una u otra, lo que parece claro en este caso es que estamos ante una gestión inadecuada, que puede llevar a muchos usuarios a tirar directamente a la basura su impresora y adquirir una nueva. Algo que no parece acorde con los parámetros actuales de sostenibilidad y respeto al medio ambiente, ni con las políticas de derecho a la reparación que finalmente se multiplican en el mundo.

¿Es la obsolescencia programada? Personalmente, quiero pensar que no., sobre todo porque las impresoras en cuestión forman parte de la familia EcoTank, es decir, la propuesta de Epson en la que se retiran los cartuchos, que se sustituyen por un sistema de recarga de tinta. Sin embargo, ya hemos visto otros casos en el pasado, así que tampoco me atrevo a poner la mano en el fuego. Me temo que al final hay un fuerte componente de interpretación personal.

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