A finales de 2022, el gobierno chino prohibió las exportaciones de los últimos procesadores de la serie LS5000 de Loongson a Rusia, alegando preocupaciones de seguridad nacional. Pero en marzo de 2023, Estados Unidos incluyó a Loongson en la lista negra y limitó su acceso a las tecnologías estadounidenses, lo que puede ser la razón por la que el gobierno chino decidió levantar la prohibición de exportar estos procesadores. Como resultado, al menos dos empresas rusas planean producir sistemas basados en Loongson, informa Kommersant.
Norsi-Trans y Promobit lideran la iniciativa, cuyo objetivo es producir servidores, sistemas de almacenamiento y computadoras con procesadores de la serie 5000 de Loongson utilizando la arquitectura LoongArch. Hasta ahora, Norsi-Trans ha adquirido alrededor de 100 procesadores Loongson para la fase de producción inicial. También han recibido luz verde para incorporarse al registro oficial de electrónica rusa.
Estas empresas de tecnología rusas ven los procesadores Loongson como alternativas viables a sus homólogos estadounidenses de AMD e Intel. Sin embargo, existe un pequeño problema: el soporte de software. Norsi-Trans colaborará con Basalt SPO, un desarrollador del sistema operativo Alt, para adaptar el sistema operativo para que funcione sin problemas con los procesadores Loongson. Mientras tanto, no está claro cuándo Basalt SPO adaptará su sistema operativo a los procesadores de Loongson.
La decisión de las empresas rusas de optar por los procesadores Loongson se basó en consideraciones estratégicas. El gobierno chino había restringido previamente la exportación de estos procesadores debido a su crucial importancia tecnológica, incluidas sus aplicaciones en el complejo militar-industrial de China. La flexibilización de estas restricciones y el resurgimiento de los transformadores de Loongson en las colaboraciones internacionales coinciden con crecientes tensiones geopolíticas. Básicamente, Norsi-Trans y Prombit quieren construir un ecosistema tecnológico más autosostenible que sea menos vulnerable a sanciones extranjeras e interrupciones en la cadena de suministro.
"Como las arquitecturas X86 y Arm están controladas por los gobiernos de EE. UU. y Reino Unido, siempre existe el riesgo de que el procesador se desconecte o funcione mal", dijo Grigory Sizonenk, director general de IVK, en una entrevista con Kommersant. “Por eso los chips Loongson parecen más atractivos.
Sin embargo, a pesar de estos avances colaborativos, los expertos de la industria expresan cautela. Si bien reduce la dependencia de la tecnología estadounidense, la medida podría introducir una nueva dependencia de la tecnología china. Voces dentro de la industria, como la del presidente de Russoft, Valentin Makarov, enfatizan la importancia de negociar el acceso mutuo al mercado y a la tecnología con socios chinos, asegurando un intercambio y una colaboración tecnológicos equilibrados.
"Simplemente reemplazaremos la dependencia de los procesadores estadounidenses por la misma dependencia de los procesadores chinos", dijo Makarov. "Por lo tanto, es necesario negociar con los socios chinos el acceso de los productos rusos de TI al mercado chino o el acceso a las tecnologías chinas".
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