No, James Webb no negó el Big Bang
Es agotador, realmente agotador. Soy una persona que ama mucho la ciencia (no confundir con cienciólogo), celebro los avances en ella y trato de mantenerme razonablemente informado. Y estoy bastante feliz de ver lo que parece ser un creciente interés de la sociedad en ello. A ello, sin duda, contribuye que muchos hitos de los medios de comunicación se hacen ecocomo es el caso reciente de James Webb.
Soy sin embargo muy consciente de mis límites y, más aún, de la responsabilidad de cada una de las letras que escribo en lo que publico. Una costumbre que tengo la oportunidad de compartir con todos los compañeros de esta casa y que encuentro entre muchos otros profesionales de la comunicación. En muchos, pero no en todos, y esto atañe tanto a los profesionales en particular como a determinados medios en general. En estos casos, el clickbait e incluso información incorrecta pero llamativa suelen ser los protagonistas..
Y estos días asistimos a un caso más de tan desafortunado y habitual comportamiento, dado que un buen número de medios afirman que las imágenes captadas por James Webb contradicen la teoría del Big Bang, es decir, la más difundida y aceptada de las teorías que explicarían el origen del Universo. Esto, de ser cierto, sería una noticia más que relevante, ya que obligaría a replantearnos la investigación de su origen. Si fuera cierto, claro. El problema es que este no es el caso.
Teorías (y en muchos casos llamarlas teorías es generoso, pues no llegan ni a conjeturas) que intentan desprestigiar al Big Bang han sido comunes durante décadas, recuerdo haber leído el primero a mediados de los ochenta, y en general es positivo que estén recogidos, siempre que sea riguroso. El problema surge cuando, sin el menor fundamento, sino para llamar la atención, se toman elementos aleatorios, no relacionados entre sí, y de ellos se extraen conclusiones que no están realmente sustentadas sobre la base de los datos razonados.

Como decía antes, en los últimos días hemos podido ver varias publicaciones indicando que unas imágenes captadas por James Webb niegan el Big Bang. Pero eso no es cierto en absoluto. Lo que hicieron algunas fotos es ponen en duda ciertas conclusiones sobre los efectos del Big Bang en la formación del Universo. Algo que no solo no es extraño, sino que en realidad era más que imaginable.
Mirémoslo al revés para entenderlo mejor.. A lo largo de su historia, el ser humano ha profundizado en el conocimiento del cuerpo humano y sus interacciones con otras formas de vida. Debido a las limitaciones técnicas de cada momento, la evolución de este conocimiento se ha hecho de forma paulatina. Girolamo Fracastoro teorizó, en 1530, una especie de "semillas invisibles" que provocaban la propagación de ciertas enfermedades. Y no fue hasta más de un siglo después, en 1659, que Athanasius Kircher pudo observar bacterias por primera vez. Y Anthony Van Leeuwenhoek tardó otros 15 años en confirmar el descubrimiento, en 1674.
Los avances en los medios utilizados son un elemento clave en la evolución de la ciencia y, muy probablemente, su uso conducirá a correcciones sobre la teoría original. Kircher pudo desentrañar qué eran esas semillas invisibles reportadas por Fracastoro. No cambió la teoría anterior, la actualizó, y eso es algo que se ha repetido muchas veces a lo largo de los años. Hasta mediados de la década de 1980, se desconocía que existía una bacteria (Helicobacter pylori) capaz de sobrevivir a las condiciones extremas que se encuentran en el estómago humano.
Imágenes tomadas por James Webb nos dicen que hay un número mucho mayor de galaxias antiguas de lo que se pensaba, pero en lugar de entender que esto está desafiando la teoría sobre los efectos del Big Bang y la formación inicial del Universo, decidieron que es mucho más llamativo afirmar que estos nuevos datos no encajan con la teoría del Big Bang. ¿Porque? Bueno, como solemos decir en los más jóvenes, porque las patatas. O porque clickbait, en realidad.
Con información de Cnet
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